Los glóbulos blancos, también llamados leucocitos, son células del sistema inmunitario con la función de defender el organismo de microorganismos patógenos o cuerpos extraños que penetran a través de la piel o las mucosas. Los glóbulos blancos se encuentran en la sangre y se dividen en seis subgrupos , con funciones precisas: eosinófilos, basófilos, neutrófilos, monocitos, linfocitos y células dendríticas.
Utilidad clínica de la prueba de glóbulos blancos
Los glóbulos blancos están directamente involucrados en la respuesta inmune y tienen la función de defender el organismo contra infecciones (virus, bacterias, parásitos, hongos, por ejemplo).
Los recuentos altos o bajos de glóbulos blancos en la sangre periférica se denominan leucocitosis y leucopenia, respectivamente.
Los leucocitos o glóbulos blancos se dividen en 5 tipos de células:
neutrófilos
linfocitos
monocitos
eosinófilos
basófilos.
Los eosinófilos defienden al organismo del ataque de parásitos, como las lombrices intestinales; en cambio, los basófilos están asociados con respuestas a alergias y algunos parásitos; los neutrófilos engullen y destruyen las partículas extrañas; los monocitos también están relacionados con alergias y parásitos; los linfocitos son responsables de respuestas inmunitarias específicas y las células dendríticas actúan como centinelas.
Tipo de muestra y preparación del paciente
El examen de leucocitos (glóbulos blancos) se lleva a cabo extrayendo sangre de una vena del brazo.
Valores de glóbulos blancos a tener en cuenta
Los valores de referencia para los leucocitos ( glóbulos blancos ) pueden variar para la mayoría de los analitos en función de la edad, el sexo e incluso el equipo que se usa en el laboratorio individual. Por lo tanto, es preferible consultar los rangos proporcionados por el laboratorio directamente en el informe.
También le recordamos que es importante que los resultados de los análisis sean evaluados en su conjunto por su médico de confianza que conozca el cuadro anamnésico de su paciente.