Chequeo De La Piel

¿Qué es el chequeo de la piel?

El chequeo cutáneo en dermatología es un examen instrumental no invasivo que se suma al chequeo clínico de la piel como parte del programa articulado de prevención del envejecimiento cutáneo .

Mediante el chequeo de la piel se obtiene información sobre el estado de salud y sobre el estado funcional de la piel con el objetivo de asesorar al paciente sobre cuidados específicos para su tipo de piel a través de productos personalizados, cuidados y tratamientos domiciliarios y ambulatorios.

¿Para qué sirve el chequeo de la piel?

La lectura de los valores obtenidos con la ejecución del chequeo de la piel permite:

  • determinar la salud de la piel
  • llegar a una definición del biotipo cutáneo (piel grasa, seca, sensible, etc.)
  • planificar la elección de las medidas de higiene a observar (uso de cosméticos, cese del tabaquismo, necesidad de fotoprotección, etc.)
  • indicar tratamientos para pacientes (peeling, rellenos, biorevitalización dérmica, etc.)
  • luego evaluar los efectos de los tratamientos recomendados y dermocosméticos.

¿Cómo se realiza el chequeo de la piel?

El chequeo de la piel dura unos 30 minutos y se divide en tres fases:

  • primera fase : entrevista que el dermatólogo dirige al paciente para adquirir información detallada en relación a su estilo de vida, enfermedades y consumo de medicamentos, problemas cutáneos pasados ​​y presentes, cómo responde a los agentes atmosféricos (especialmente el sol) y todo lo relacionado con los hábitos cosméticos
  • segunda fase : examen clínico general y local de la piel, con posterior exploración por tacto y palpación según métodos médicos correctos
  • tercera fase : ejecución de mediciones y pruebas cutáneas de los parámetros fisiológicos fundamentales, capaces de proporcionar al especialista datos indispensables para una evaluación global más precisa de la piel.

A partir de qué edad y con qué frecuencia se puede realizar un chequeo de la piel

La valoración del estado de la piel y la prescripción cosmetológica dirigida derivada del chequeo cutáneo son útiles a cualquier edad, a partir de la pubertad.

La frecuencia recomendada es cada dos años en edades tempranas para acudir a revisión cada año a medida que se acerca la menopausia, cuando la producción de sebo disminuye por motivos hormonales y es necesario revisar la protección cosmética.