La esofagogastroduodenoscopia es una prueba diagnóstica que permite la observación interna del esófago , estómago y duodeno , detectando cualquier alteración benigna o maligna.
Durante el examen también es posible realizar biopsias, es decir, tomar pequeñas muestras de tejido de los órganos involucrados; Posteriormente, las muestras serán analizadas en el laboratorio para obtener un diagnóstico específico. Este es el caso, por ejemplo, de los pacientes con enfermedad celíaca: esta prueba, de hecho, permite confirmar el diagnóstico.
¿Quién puede realizar la esofagogastroduodenoscopia?
El examen es prescrito por un especialista, como en el caso de pacientes con sospecha de enfermedad celíaca o en pacientes con síntomas que pueden sugerir la presencia de una alteración a nivel del tracto digestivo superior (ardor de estómago, regurgitación, disfagia, heces alquitranadas, vómitos , dolor epigástrico, etc.).
¿La esofagogastroduodenoscopia es dolorosa y/o peligrosa?
La esofagogastroduodenoscopia es un examen indoloro, pero no obstante invasivo y por lo tanto conlleva el riesgo de posibles complicaciones. Sin embargo, estos son raros (menos del 0,05%). La perforación se presenta con una frecuencia máxima del 0,03% y generalmente está ligada a la presencia de condiciones anatómicas particulares (estenosis esofágica o duodenal, divertículo de Zenker, neoplasias). Algunos pacientes pueden tener complicaciones cardiorrespiratorias relacionadas con el uso de sedantes, o complicaciones debidas a enfermedades cardíacas o pulmonares.
¿Cómo funciona la esofagogastroduodenoscopia?
La esofagogastroduodenoscopia se realiza en la clínica y se le pedirá al paciente, luego de una conversación con el médico para la toma de datos anamnésicos, que se acueste en la cama del lado izquierdo. El médico procederá entonces a insertar, a través de la boca del paciente, un instrumento tubular delgado y flexible (llamado endoscopio ), equipado con una cámara de video en su parte superior. El endoscopio avanza a través del esófago, el estómago y el duodeno, y el médico ve las imágenes resultantes directamente en un monitor. Una vez cerca del área de interés, el médico puede realizar la biopsia, es decir, la toma de pequeñas muestras de tejido que serán examinadas al microscopio para llegar a un diagnóstico específico. Este procedimiento no es doloroso en absoluto.
La exploración suele ser de corta duración (unos 5 minutos) y suele realizarse con sedación consciente (benzodiazepinas), pero técnicamente también se puede realizar sin sedación; sólo en casos particulares es necesaria una sedación profunda manejada por el anestesiólogo. Si se realiza sedación, es preferible que el paciente sea acompañado a su domicilio y que no pueda conducir durante las doce horas posteriores al examen o tomar decisiones importantes.