El término » hipertensión pulmonar » se refiere a un aumento de la presión sanguínea dentro de los vasos arteriales del pulmón debido a la destrucción, engrosamiento de la pared, estrechamiento u obstrucción de los propios vasos.
¿Qué es la Hipertensión Pulmonar?
El término «hipertensión pulmonar» se refiere a un aumento de la presión sanguínea dentro de los vasos arteriales del pulmón debido a la destrucción, engrosamiento de la pared, estrechamiento u obstrucción de los propios vasos.
La presión pulmonar media normalmente es de unos 14 mmHg en reposo: empezamos a hablar de hipertensión pulmonar cuando la presión pulmonar media supera los 25 mmHg . Esta condición somete al ventrículo derecho (encargado de bombear sangre a los pulmones) a una sobrecarga de presión y volumen, lo que puede conducir a insuficiencia contráctil y descompensación.
Si no se trata adecuadamente, la hipertensión pulmonar puede degenerar, provocando un mayor estrechamiento de los vasos sanguíneos y agravando los síntomas típicos de la enfermedad.
¿Cuáles son las causas de la hipertensión pulmonar?
La hipertensión pulmonar puede ser de dos tipos:
1. Primitivo o idiopático : es una condición rara que afecta principalmente al sexo femenino. Ocurre con mayor frecuencia entre los 30 y 50 años. Aunque aún se desconoce la causa de la hipertensión pulmonar primaria, la enfermedad puede estar asociada con mutaciones genéticas particulares.
2. Adquirida o secundaria : es mucho más común que la forma primitiva. La patología en la forma secundaria se ha observado en asociación con:
- Enfermedades pulmonares como enfisema , fibrosis pulmonar , enfermedad pulmonar obstructiva crónica y enfermedad respiratoria relacionada con trastornos del sueño (apnea del sueño).
- Embolia pulmonar e hipertensión pulmonar tromboembólica crónica .
- Enfermedades autoinmunes del tejido conjuntivo , como la esclerodermia o el lupus eritematoso sistémico .
- Defectos cardíacos congénitos o enfermedades del corazón izquierdo (valvulopatías, insuficiencia cardíaca grave ).
- Anemia hemolítica crónica ( enfermedad de células falciformes ).
- Hepatopatía crónica con hipertensión portal.
- Infecciones por VIH .
- Tomar ciertas drogas (medicamentos anoréxicos, inhibidores de la recaptación de serotonina) o estimulantes (cocaína, anfetaminas).
¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión pulmonar?
Los síntomas de la hipertensión pulmonar pueden incluir:
- Dificultad para respirar , especialmente durante el esfuerzo físico.
- Cansancio o fatiga.
- desmayo _
- En estadios avanzados de la patología puede presentarse dificultad para respirar incluso en reposo y es posible que surja dolor torácico propio de la angina de pecho (signo de padecimiento cardíaco) y edema (retención de líquidos) de los miembros inferiores.
¿Cómo prevenir la hipertensión pulmonar?
Con respecto a la hipertensión pulmonar secundaria, la prevención puede estar dirigida a evitar/tratar todas las condiciones médicas y factores de riesgo que pueden conducir al desarrollo de la enfermedad.
En cuanto a la hipertensión pulmonar primaria , dado que la causa subyacente de esta forma de la enfermedad se desconoce en gran medida, no se puede hacer nada para prevenirla .
Diagnóstico
La mejor técnica no invasiva para abordar el diagnóstico de hipertensión pulmonar es la ecocardiografía transtorácica . Un ecocardiograma permite una visualización muy precisa del corazón y permite documentar las alteraciones morfológicas y estructurales de las cavidades derechas del corazón que se desarrollan como consecuencia del aumento de los valores de presión pulmonar. El método Doppler también le permite hacer una estimación indirecta de la presión sistólica (es decir, la presión máxima) en la arteria pulmonar.
Sin embargo, para hacer un diagnóstico definitivo, es necesario someterse a un cateterismo cardíaco : de hecho, a través de este examen es posible medir directamente algunos parámetros, cuya alteración se correlaciona con un pronóstico desfavorable de la enfermedad: la presión en la aurícula derecha. del corazón, la presión pulmonar media, el gasto cardíaco.A través del cateterismo cardíaco también es posible realizar la prueba de vasorreactividad pulmonar : mediante la administración de fármacos que inducen la dilatación de los vasos sanguíneos pulmonares es posible identificar a los pacientes que tienen una capacidad residual para la vasodilatación pulmonar y que podrían beneficiarse de las terapias farmacológicas.
También pueden ser útiles:
- Espirometría : el paciente respira a través de una boquilla y el dispositivo conectado a la boquilla mide varios aspectos de la respiración, para detectar cualquier anomalía que se refiera a patologías pulmonares.
- Angiotomografía computarizada de tórax y angioneumografía : son pruebas radiológicas que permiten visualizar el trayecto de las arterias pulmonares y su eventual oclusión.
- Gammagrafía de perfusión pulmonar : esta prueba toma una «imagen» de la circulación sanguínea en los pulmones. En presencia de bloqueos, se detectan defectos de perfusión.
- Análisis de gases en sangre (EGA): es una muestra de sangre arterial para medir la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono presente en ella.
- Prueba de marcha y prueba de esfuerzo cardiopulmonar : para evaluar la tolerancia cardiaca al esfuerzo y la presencia de alguna insuficiencia respiratoria.
Tratos
El tratamiento varía según se padezca la forma primaria o secundaria de la enfermedad.
En el caso de la hipertensión pulmonar secundaria, la terapia se basa principalmente en tratamientos dirigidos a curar la condición que desencadenó la patología.
El tratamiento de la hipertensión pulmonar primaria se basa en la administración de fármacos que sean capaces de dilatar la circulación pulmonar como bloqueadores de los canales de calcio, prostaciclinas, fármacos antiendotelínicos e inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (sildenafilo y similares).
En muchos casos está indicado el uso de anticoagulantes orales, que pueden asociarse a diuréticos y otras terapias para la insuficiencia cardiaca, en caso de descompensación circulatoria.