Infección Por Alimentos Contaminados

¿Cómo te infectas con alimentos contaminados?

Las infecciones por alimentos contaminados se contraen al ingerir alimentos contaminados con patógenos. Además, en ocasiones los patógenos que contaminan los alimentos pueden contraerse incluso sin comerlos. Este es el caso de la salmonela que puede contaminar los huevos y que también puede contaminar los utensilios u otros alimentos por contacto. Incluso Campylobacter, una bacteria que puede contaminar el pollo, puede propagarse en la cocina transportada por el agua.

Por eso es recomendable prestar atención a la higiene en la cocina, lavarse las manos, lavar cuidadosamente los utensilios y superficies que han estado en contacto con un alimento antes de manipular otro y prestar atención al contacto entre alimentos cocidos y crudos.

 

Síntomas y enfermedades asociadas

No existe un síndrome único asociado con las infecciones por alimentos contaminados. Los síntomas varían de un caso a otro dependiendo de la bacteria, virus o parásito que los cause.

Por ejemplo, una bacteria o las toxinas que produce pueden causar síntomas gastrointestinales. Estas son precisamente las señales de alarma más asociadas a las infecciones por alimentos contaminados, en particular:

  • náuseas
  • Él vomitó
  • calambres abdominales
  • Diarrea
 

¿Qué es la infección por alimentos contaminados?

Las infecciones por alimentos contaminados pueden estar basadas en patógenos muy diferentes: bacterias, virus o parásitos. Hasta la fecha parece que se han descrito más de 250 infecciones diferentes causadas por alimentos contaminados.

En muchos casos se trata de microbios presentes en animales aparentemente sanos (generalmente en sus intestinos) criados para la alimentación. Las carnes (incluidas las aves de corral) pueden contaminarse durante el sacrificio a través del contacto con pequeñas cantidades de material intestinal. 

En cambio, las frutas y verduras frescas pueden contaminarse al lavarlas o irrigarlas con agua contaminada con residuos de excrementos animales o humanos.

Otros ejemplos son la Salmonella, que puede infectar los ovarios de la gallina contaminando los huevos incluso antes de que se forme la cáscara, y la de los mariscos, que pueden acumular bacterias naturalmente presentes en el agua de mar o vertidas en ella con desechos de actividades humanas.

 

Curas y tratamientos

El tratamiento de las infecciones transmitidas por los alimentos depende de la naturaleza del patógeno que las causó. En la mayoría de los casos, la primera regla a seguir es asegurar una hidratación adecuada; esto abordará tanto la deshidratación como la pérdida de electrolitos típicamente asociados con los síntomas de infecciones contaminadas con alimentos.

Para asegurar una hidratación adecuada es necesario beber agua; en el caso de que el vómito esté incluido entre los síntomas, se aconseja beber sólo pequeñas cantidades.

Además, los trastornos gastrointestinales a menudo dificultan la alimentación. Por ello, tras una infección por alimentos contaminados es necesario retomar la alimentación de forma paulatina, eligiendo alimentos de fácil digestión como arroz, patatas, pan, cereales, carnes magras y plátanos. Por otro lado, se deben evitar los alimentos grasos y ricos en azúcar, los lácteos, los productos que contengan cafeína y alcohol.

En cuanto a los medicamentos, en adultos algunos principios activos pueden ser útiles para combatir cualquier diarrea (por ejemplo la loperamida), pero están contraindicados en presencia de sangre en las heces. Además, no hay que olvidar que en el caso de que la infección sea causada por bacterias o parásitos, los medicamentos de venta libre podrían incluso prolongar la molestia.

Sin embargo, el uso de antibióticos es variable y en ocasiones controvertido. Algunos estudios sugieren que la eritromicina podría ser útil en caso de infecciones por Campylobacter, mientras que en caso de salmonelosis no se recomienda el uso de estos fármacos, salvo síntomas extraintestinales, edad menor de 3 meses o en presencia de enfermedades crónico-degenerativas. En cambio, el tratamiento de elección en caso de infección por Listeria se basa en antibióticos (generalmente ampicilina y gentamicina).

En caso de síntomas y complicaciones peligrosas para la salud, puede ser necesaria la hospitalización.

 

 

Descargo de responsabilidad: La información proporcionada representa indicaciones generales y de ninguna manera reemplaza el consejo médico. En caso de molestias, es recomendable contactar a su médico o acudir a urgencias.