La isquemia cerebral es una condición en la que el cerebro no recibe suficiente sangre para satisfacer sus necesidades metabólicas. La falta de oxígeno resultante puede conducir a la muerte del tejido cerebral , lo que resulta en un accidente cerebrovascular isquémico .
¿Qué es la isquemia cerebral?
La isquemia cerebral es una enfermedad causada por la reducción del suministro de sangre (y, en consecuencia, de oxígeno ) al cerebro. Hay dos formas de isquemia cerebral. La llamada isquemia focal se limita a un área limitada del tejido cerebral y puede ser causada por un trombo o émbolo que bloquea el flujo sanguíneo en una arteria. La isquemia global, por otro lado , involucra varias áreas del cerebro y se caracteriza por la reducción o incluso la interrupción del flujo sanguíneo a este órgano. El resultado es siempre una deficiencia de oxígeno, que debe abordarse lo antes posible para evitar consecuencias graves.
¿Cuáles son las causas de la isquemia cerebral?
La isquemia cerebral puede tener diferentes causas. Las causas más comunes están representadas por la aterosclerosis de los vasos que llevan sangre al cerebro; de enfermedades del corazón (en particular fibrilación auricular ) que pueden determinar la formación de émbolos que llegan a los vasos cerebrales a través del torrente sanguíneo y los obstruyen; de la denominada enfermedad de los pequeños vasos que provoca la oclusión de las pequeñas arteriolas y que reconoce como factores predisponentes la hipertensión arterial y la diabetes. Luego hay causas más raras, como defectos de coagulación, algunas enfermedades genéticas, disección de vasos cerebrales, el uso de algunos medicamentos y drogas.
¿Cuáles son los síntomas de la isquemia cerebral?
La isquemia cerebral puede presentarse con síntomas de gravedad variable. Entre los principales se incluyen:
- problemas de visión (como ceguera en un ojo y visión doble )
- dificultad para hablar
- dificultad para moverse y coordinar movimientos
- pérdida de consciencia
- sensación de debilidad en un brazo, pierna, la mitad del cuerpo o extendida a todo el cuerpo.
Prevención
Para prevenir la isquemia cerebral es recomendable no fumar , practicar actividad física regular , mantener un peso normal, limitar el consumo de alcohol, seguir una dieta saludable con bajo contenido en sal y controlar periódicamente la presión arterial y el azúcar en sangre. A partir de los 50 años es útil realizar una ecografía de las arterias que llevan sangre al cerebro y realizar un electrocardiograma y una visita cardiológica (sobre todo si se padecen palpitaciones). En presencia de factores de riesgo particulares, se puede iniciar terapia antiplaquetaria o anticoagulante, siempre con prescripción médica.
Diagnóstico
El diagnóstico de isquemia cerebral suele basarse en el análisis de los síntomas clínicos. Una anamnesis cuidadosa también nos permite hipotetizar la causa de la isquemia, que sin embargo puede ser difícil de identificar con certeza.
Las pruebas que pueden ser necesarias incluyen:
- Pruebas de laboratorio para verificar la posible presión arterial alta, anemia, policitemia, infecciones o hipercoagulabilidad de la sangre y para evaluar los niveles de lípidos en sangre y la VSG.
- electrocardiograma
- Ecocardiograma
- Monitoreo de la presión arterial y del ritmo cardíaco
- resonancia magnética
- tac
Tratos
El tratamiento de la isquemia cerebral en fase aguda implica la asunción de fármacos que deben tomarse dentro de las 4 horas y media siguientes al evento y que pueden favorecer la reapertura del vaso ocluido. Después de este período , se deben administrar medicamentos antiplaquetarios o anticoagulantes ; Se debe mantener un control adecuado de la presión arterial y la glucosa en sangre. Un papel fundamental lo juega la rehabilitación que debe iniciarse lo antes posible.