Mamografía

¿Quién puede hacer el examen?

Cualquiera, aunque está indicado como exploración preventiva a partir de los 40 años.

El diagnóstico precoz de un tumor es el objetivo del control mamográfico en ausencia de síntomas: de hecho, está demostrado que la mayoría de los cánceres de mama diagnosticados en fase preclínica se resuelven positivamente. Sin embargo, cuando el descubrimiento se produce en una etapa más avanzada, las posibilidades de tratamiento y recuperación son mucho más limitadas.

De ello se deduce que todas las mujeres que hayan superado los 40 años, edad a partir de la cual la incidencia del cáncer de mama empieza a ser más relevante,  deben realizarse una mamografía .

El examen se prescribe a mujeres menores de 40 años solo en algunos casos seleccionados, sobre todo para evitar someterlas a un número excesivo de mamografías durante su vida. En este grupo de edad, en relación con la bajísima incidencia de cáncer de mama, no hay indicación para realizar ningún tipo de cribado: en presencia de antecedentes familiares importantes (varios casos de cáncer de mama en familiares de primera y/o o segundo grado) es recomendable como máximo realizar una ecografía mamaria a partir de los 30 años.

No hay límite de edad para realizar la mamografía: siempre que el estado de salud lo permita, también se recomienda el control mamográfico a partir de los 70 años .

¿Es un examen doloroso o peligroso?

La mamografía no suele ser un examen doloroso y generalmente se realiza sin la ayuda de anestesia o sedación. La baja dosis de radiación ionizante a la que se expone el paciente hace que el beneficio diagnóstico sea muy superior a los posibles efectos secundarios.

¿Como funciona?

El examen dura unos minutos y se realiza con un instrumento radiológico particular llamado mamografía capaz de proyectar un haz de rayos X directamente sobre el seno y proporcionar una evaluación morfológica y estructural.

La técnica de ejecución prevé la colocación de la mama sobre una superficie especial ( detector ) y la posterior compresión sobre ella por medio de una placa de plástico ( compresor ): esta compresión, que dura unos segundos, garantiza la inmovilidad de la mama durante la exploración radiográfica. adquisición, fundamental para obtener una imagen de calidad. La compresión mamaria también permite utilizar dosis de radiación más bajas ya que, al reducir el grosor de la mama, se reduce la dosis a administrar. El examen mamográfico estándar prevé la adquisición de dos proyecciones para cada mama, una cráneo-caudal y una oblicua medio-lateral: de esta manera se garantiza la visualización completa del órgano.

La disponibilidad de una comparación con cualquier mamografía realizada anteriormente aumenta la precisión del diagnóstico, ya que permite identificar fácilmente cualquier cambio. Al mismo tiempo, la estabilidad de un hallazgo en el tiempo indica su benignidad y permite la exclusión de elementos sospechosos.