Prolapso Uterovaginal

¿Qué es el prolapso urogenital?

La expresión  prolapso uterovaginal se refiere  al  descenso hacia abajo  ya veces fuera del introito vaginal de una o más  estructuras pélvicas . Puede, de hecho, afectar a la  vejiga  (cistocele), al  recto  (rectocele), al útero  (histerocele o prolapso uterino) en diferentes combinaciones y grados de gravedad. El prolapso es causado por una falla total o parcial de los sistemas de suspensión y soporte de los órganos pélvicos . Es una condición bastante frecuente en mujeres en edad senil y rara vez puede afectar incluso a mujeres jóvenes, si existe una predisposición.
El prolapso ocurre como resultado de  estrés mecánico  (como el parto) o debilitamiento estructural asociado con deficiencias hormonales que pueden ocurrir, por ejemplo, después de la menopausia. Dependiendo de la gravedad, podemos distinguir  prolapsos de grado I  (cuando el órgano prolapsado, aunque desplazado hacia abajo, todavía está dentro del canal vaginal),  grado II  (cuando emerge en el borde vulvar sin salir de él),  grado III  (cuando sobresale fuera de ella)  IV grado  cuando es totalmente exterior.

 

¿Cuáles son las causas del prolapso urogenital?

La correcta funcionalidad del suelo pélvico depende de su integridad y de la correcta integración funcional de todas las estructuras que lo componen. El parto es uno de los principales factores atribuidos a la aparición del prolapso urogenital. Constituye un importante estrés biomecánico para las estructuras musculoesqueléticas y nerviosas. Por este motivo, el prolapso urogenital es una patología que se encuentra más fácilmente en mujeres de edad avanzada y en mujeres que han tenido hijos. Rara vez también puede afectar a mujeres jóvenes, o incluso vírgenes. La menopausia también puede cambiar la salud del suelo pélvico, contribuyendo a su relajación. Otra condición que puede provocar el desarrollo de la enfermedad es el estreñimiento crónico, asociado a esfuerzos prolongados de presión intraabdominal. predisposición genética , presencia de una  broncopatía crónica , obesidad .

 

¿Cuáles son los síntomas del prolapso urogenital?

El prolapso urogenital se manifiesta por una sensación de obstrucción vaginal molesta  que en ocasiones se acompaña de la sensación táctil de que algo sale por la abertura vaginal. En particular, las molestias se presentan por la noche o después de un esfuerzo, a veces incluso leve, o al ir al baño después de muchas horas de pie. Otras quejas pueden ser una sensación de  pesadez pélvicadolor en la región pélvica y lumbar . Específicamente, cuando la vejiga está involucrada, pueden surgir y coexistir síntomas urinarios como  micción incompleta  (retención) o  dificultad para orinar  con necesidad de pujar y un chorro de orina delgado. A menudo se asocia con disfunción sexual odificultad durante las relaciones sexuales , lo que resulta en sensaciones de incomodidad o dolor durante las relaciones sexuales. Estas perturbaciones pueden afectar significativamente la calidad de vida, influyendo en las acciones cotidianas y en la esfera afectiva.

 

¿Cuál es el tratamiento del prolapso urogenital?

La terapia del prolapso genital puede ser tanto quirúrgica como médica.
Las técnicas quirúrgicas adoptadas hasta el momento se basan principalmente en  la reconstrucción del suelo pélvico  utilizando las estructuras fasciales preexistentes; este tipo de abordaje se realiza mayoritariamente por vía vaginal, por tanto sin el corte clásico, y suele asociarse a la histerectomía ya la extirpación de los ovarios.
En el caso de pacientes a las que se les ha extirpado el útero, y que posteriormente desarrollan prolapso vaginal, el abordaje quirúrgico consiste en el anclaje de una malla a la vagina y posterior fijación al promontorio sacro (colpopromontosacropexia) mediante una técnica mínimamente invasiva que no implica la corte en el vientre, pero el uso de  la laparoscopia y el  Robot DaVinci . Los días de hospitalización requeridos son generalmente tres, y la operación está dirigida a restaurar la anatomía normal y la recuperación funcional del suelo pélvico.
En mujeres muy ancianas, o que tengan problemas de salud graves que les impidan ser operadas, la alternativa consiste en que el ginecólogo coloque un pesario vaginal , es decir, un anillo de goma o silicona que el médico introduce dentro de la vagina, con el objetivo de sostener el útero y la vejiga para que el prolapso se extienda hacia afuera.
El pesario no suele causar molestias, es bien tolerado y debe ser reemplazado por el ginecólogo periódicamente (aproximadamente cada 6 meses).