Después de la cirugía de reparación del LCA , es fundamental seguir un programa de rehabilitación específico para garantizar la mejor recuperación funcional de la rodilla. La recuperación articular y muscular debe ser puesta a punto y controlada periódicamente por el cirujano ortopédico que, a su vez, cuenta con la ayuda de un fisioterapeuta. La fase de rehabilitación es delicada porque el paciente debe realizar una serie de ejercicios para fortalecer los músculos y recuperar el movimiento y la coordinación, sin por ello provocar sobrecargas que puedan aflojar o romper el neoligamento.
El programa de rehabilitación suele durar de tres a cuatro meses. Posteriormente, es recomendable continuar con un programa de ejercicios para mantener el tono muscular y recuperar la coordinación motora.
Se recomienda reanudar la práctica deportiva solo después de la recuperación completa de las articulaciones y los músculos y, por regla general, no está permitido antes de los seis meses posteriores a la cirugía.