Al paciente que se ha juzgado apto para la operación se le fija sobre el miembro afectado, bajo anestesia general, una estructura metálica cilíndrica compuesta de círculos espaciados por pequeñas varillas (que permiten un posicionamiento preciso y una elongación progresiva) a la que se enroscan los extremos de los tornillos. que se insertan en el tejido óseo.
Gran parte de la eficacia de la intervención depende de la habilidad del médico en el uso de los instrumentos y en reconocer las peculiaridades de cada caso, sus estudios y su experiencia.